martes, 18 de junio de 2013

10 años que se acaban

No me quiero poner a llorar, pero es difícil evitarlo cuando ya está sucediendo.

Hoy me desperté bastante –muy- sentimentaloide, y con las emociones a flor de piel, como el nombre de este blog.

Es cierto que el término llorar se asocia siempre con estar mal emocionalmente, o tener problemas; estar en situaciones complicadas que en determinados momentos parece que no tienen ninguna salida, pero al final siempre hay una luz que las enfoca de manera diferente, y logramos superarlas.

Hoy simplemente lloro de felicidad, porque la vida a veces también puede ser maravillosa, y hacer que conozcas a gente increíble que sabes que jamás podrás olvidar, por muchos, muchos, muchísimos años que pasen.

10 son los que he estado en el Conservatorio. Ayer, para mí, se acababa una etapa de mi vida, una etapa crucial y que jamás olvidaré. En todo ese tiempo he conocido a muchísimas personas, las cuales, cada una de ellas, y cada una a su manera, han sabido aportarme algo. He aprendido muchísimo, he disfrutado, he sufrido también de vez en cuando pero sin ninguna duda, ha merecido la pena. Ha merecido infinitamente la pena.

Soy de esas personas que se encariñan fácilmente de otras. Y esto, a veces, es un gran problema. Y es un gran problema cuando  estás llegando al final de una etapa y sabes que las cosas van a cambiar, que ya nunca serán como antes, y sabes, aunque no lo quieras asimilar, que de algún modo u otro, el contacto se perderá. Pues yo soy de las que se niega, de las que intenta luchar por mantener las cosas, por seguir hablando con esa gente que ha dejado una profunda huella en ti, que te ha hecho reír, que te ha apoyado, te ha animado, y te ha dado fuerzas para seguir luchando cada día, y levantarte con una sonrisa y una razón para seguir.

Sé que esto va a ser largo. Digamos que hoy será un día de intensa reflexión para mí. De recordar muchas de las cosas que han pasado en todo este tiempo. Pero ahora mismo tengo que hacer una pausa. Cuando me encuentre más relajada, me haré una incisión en el pecho –y, aunque suene muy muy muy… excesivamente cursi- os hablaré desde el corazón y desde los recuerdos que éste guarda (y guardará por siempre) con preciado cariño.

Sé que cuando sea una adorable ancianita de pelo cano, recordaré todos y cada uno de los momentos que pasé en esas luminosas aulas. No es que sean luminosas físicamente hablando, sino que son luminosas por la gente que se guarece en su interior. Son cálidas y acogedoras porque la gente que ha ido pasando por allí lo ha sido y ha dejado su huella.

En 10 años pasan muchas cosas. Quizá demasiadas. No lo sé.

Pero digamos que ese lugar siempre será precioso, porque para mí siempre guardará una preciosa historia. Mi historia, una parte de mi vida, una parte de mí siempre se quedará en ese lugar para siempre. Pero digamos que ese lugar ha sido mi segunda casa (y a veces incluso la primera) durante estos diez años. Que se dice rápido y pasan a más velocidad. He crecido en ese lugar, me caído infinidad de veces y he sabido levantarme en cada una de ellas. He apoyado mi mano en el suelo, y con esfuerzo he ido levantándome poco a poco en cada tropiezo. He salido disgustada muchas veces, pero también he salido radiante un millón más. Tan sólo me quedaré con lo negativo y los errores para aprender de ellos, pero lo que más grabaré a fuego en mi mente, serán todos y cada uno de los increíbles momentos felices que he podido vivir allí, que por suerte, son muchos. Y lo mejor de todo es que me he divertido aprendiendo, que es algo muy difícil de conseguir. Pero cuando algo te gusta no importa lo que cueste.

He conocido lugares increíbles, como Francia. Una experiencia maravillosa que viví y compartí  intensamente con gente absolutamente increíble. Nunca se me olvidará que por aquella época la canción de "Amo a Laura" estaba de moda, y nunca me olvidaré del viaje que me dieron Dani y Pelayo cantándomela las 13 horas de viaje en autobús. Tampoco me olvidaré de la familia francesa con la que tuve la oportunidad de convivir, gente también maravillosa. Cualquier viaje que logre recordar será extraordinario y especial.

He tenido a gente muy grande a mi lado, gente que siempre me ha estado apoyando aunque a veces se me cruzasen los cables. Esa gente que incluso me da miedo porque parece conocerme más incluso que yo misma. Personas que se han convertido en mis mentores, personas a las que admiro profundamente y a las que les tengo un cariño especial e inigualable. Me han dado más que suficientes razones para demostrarme que todo lo que vaya a sufrir en el futuro valdrá la pena. Y que todo tendrá su recompensa, tarde o temprano. 

He estado pensando, que al igual que yo voy a echar de menos a mucha gente, puede que haya gente que también me eche de menos, que también me quiera volver a ver. He estado pensando que el “dolor” no es únicamente mío, y de algún modo puede estar siendo compartido y puede ser mutuo con esa persona que sabe que sentirá nostalgia cuando me vaya. No me hace sentir bien saber que la situación puede producir pena a personas a las que aprecio infinitamente, pero tengo que admitir, por egoísta que suene, que me hace sentir menos sola al dar este siguiente paso.

Quería escribir algo. Quizás escribirle a mi yo del futuro desde este momento presente, para que nunca olvide estos diez maravillosos años. Para que lleve siempre en el corazón esa etapa de su vida, de mí vida.

Nadie sabe lo que pasará en el futuro, nadie sabe lo que ocurrirá mañana, y por eso hay cosas que hay que decir en el momento. Nunca sabrás si hubieses podido decirlas en otro momento futuro, porque quizás esa oportunidad no vuelva a presentarse nunca más. Quizás ese momento sólo exista una vez. Sólo exista ahora. Y ahora tan sólo quiero darle las gracias a toda la gente que en este tiempo ha pasado por mí vida. Quiero darle las gracias a los profesores. Todos me han aportado algo, y con todos he aprendido algo. Ya sé que los “favoritismos” son odiosos pero he de decirlo.
Iván, como un segundo padre para mí. Alguien que nunca ha dudado de mí y que siempre me ha apoyado desde el principio hasta ahora. Ese alguien que nada más verme cruzar la puerta me leía de arriba abajo y ya sabía cómo estaba. Una persona maravillosa que me ha hecho creer en mí misma. Y que cuando estaba baja sólo tenía que mirarle, escuchar un par de notas y repetirme a mí misma “¿lo oyes? ¿lo ves? Lucha por conseguirlo. Lucha por ser como él.” Sabe sacar siempre lo mejor de ti, y hace que en el momento en que te está explicando cómo tienes que mirar un pasaje, quieras ponerte a estudiarlo en ese mismo instante. Me ha visto reír, decir infinidad de tonterías, se ha reído conmigo cuando me ha dado por hablar sola (que no han sido pocas veces), o ponerme a recitar un monólogo interior, me ha visto llorar y ha hecho parar las lágrimas. Me ha sabido mantener a flote diez años. Me ha enseñado a vencer, a que ser constante, aunque a veces resulte duro, es el camino correcto. A él, se lo debo todo.
Isabel, una extraordinaria mujer y profesora que también ha estado siempre ahí, que de pequeña me ayudó un montón. Esa energía positiva que siempre desprende al pasar y que te hace convencerte de que todo es más que posible. Esa hiperactividad que te contagia y te dan ganas de no parar nunca, ni siquiera para dormir. A ella también le tengo un cariño infinito y le debo muchas cosas.
Raquel, sin apenas conocerme me dijo que yo era especial. Que tenía una creatividad y una facilidad para soñar que no se podía perder. El tiempo que estuvo, fue un gran apoyo para mí. Otra de las personas que nunca dejó de creer en mí, y que siempre me lanzaba miradas de “puedes hacerlo”, a quien también quiero y aprecio mucho, y a quien también tengo mucho que agradecer.
Y luego está Marcos, del que, sencillamente, no sé qué decir. Ha sido una revelación en el último año. El rebelde paciente. Es demasiado bueno, pero es lo que le hace único y genial. Y aún me sorprende que pueda existir una persona con tanta paciencia y tanta perseverancia sobre la faz de la Tierra; gracias a él perdí la cabeza infinitamente por la asignatura que impartía, me enamoré del grupo, del conjunto. Es él quien mantiene los hilos, el que hace que todo funcione. Y con él aprendí y descubrí que formar parte de una orquesta es algo maravilloso (aunque a veces también resulte desquiciante… jajajaja). Son muchos años y el cariño que le he ido cogiendo no se irá nunca. Me reveló mi sueño, y también él hizo que creyese en mi misma.

Tengo que darle las gracias a todos, de verdad, todos y cada uno de vosotros habéis marcado mi vida, pero éstos se llevan la palma.

Me llevo amigos de verdad. Me llevo una experiencia irremplazable.

Es un tanto increíble que el día que termino de escribir esto sea 18… Yo me entiendo (pero es una historia muy larga. Aunque os aseguro que es de lo más especial que haya vivido jamás, y que nunca olvidaré. Y que, de algún modo u otro, tenía que mencionar aquí, sería imperdonable no hacerlo).

Sólo quiero decir desde aquí, que si alguna vez me olvidó de llamarte, o de pasar a verte… No me lo perdones, sólo lee esto y recuerda que te llevo en el corazón. Seas quien seas, seguro que has pasado por mí vida y me has aportado algo valioso, por pequeño que haya sido. Sólo quiero que la persona que vuelva a leer esto con el paso de los años y me haya conocido, sé de cuenta de que era realmente importante para mí, sé de cuenta de que aunque pasen muchos años, el tiempo nunca borrará su huella. 

Siempre permanecerá en mi corazón.






P.d.: Gracias infinitas, Mamá y Papá, por hacer estos años posibles y por creer en mí. Sin vosotros no sería nada. ¡Os quiero mucho! Y muchas gracias también a mi profesora del colegio, Luzma, por animarme a estudiar lo que se convertiría en mí vida. Con tus palabras empezó todo.


1 comentario:

  1. Has emocionado a muchas personas con esto que has escrito. Se acaban diez años, pero por suerte comienzan otros diez, que seguro que harán de tu vida algo más especial si es posible. Espero poder leer dentro de diez, algo tan bonito y emotivo como esto y que demuestre que has sido muy feliz.
    Un beso.

    ResponderEliminar