jueves, 29 de septiembre de 2011

La lengua del corazón

A veces mi corazón me habla.
Intenta abrirme los ojos con sus latidos o con una breve ausencia.
Expone ante mí el amplio mundo de los sentimientos más sentidos.
Me hace reflexionar (aunque el pensamiento y el sentimiento no se pongan demasiado de acuerdo)...

Pero ahora no le entiendo.
Dice cosas que él mismo más tarde contradice.
Ya no da razones, incluso me pide explicaciones que nunca se cómo he de responder.
Está asustado al tiempo que confundido. Su lengua es ahora tan sólo un susurro apenas entendible en el lugar más silencioso del universo.
No sabe muy bien qué decir. No sabe muy bien cómo ha de seguir su ritmo.
Debe ser acaso más lento o más rápido, con intensidad o delicadeza...

Sólo sé que tengo miedo a no volver a entender la lengua de mi corazón que hace un tiempo quedó muda a los oídos de una ciega.

martes, 20 de septiembre de 2011

Energía positiva

Llega de repente. Sin que lo esperes.
Recorre todo tu cuerpo haciéndote estremecer.
Vibra con cada célula.
Baila con el roce inesperado de tu piel.

En un lugar que nunca llegaste a imaginar.
En un momento que nunca llegaste a soñar.

De pronto todo gira a tu alrededor y sólo puedes sonreír.
Entonces algo dentro de ti cambia y algo nuevo florece.

Energía positiva.

Esa que respiras y se graba en el alma.
Que recorre a gran velocidad tu sangre y acelera el ritmo de tu corazón.
Esa que provoca en ti una sonrisa y en mí un suspiro.

En un lugar que nunca llegaste a imaginar.
En un momento que nunca llegaste a soñar.

Arremete contra ti su fuerza,
en un abrazo cálido que dura toda una noche y deja huella durante semanas.
Como un círculo vicioso en el que no puedes dejar de pensar, no puedes dejar de interiorizar.
En un súbito escenario, de palabras encadenadas a notas, inédito.

Energía positiva.