jueves, 29 de septiembre de 2011

La lengua del corazón

A veces mi corazón me habla.
Intenta abrirme los ojos con sus latidos o con una breve ausencia.
Expone ante mí el amplio mundo de los sentimientos más sentidos.
Me hace reflexionar (aunque el pensamiento y el sentimiento no se pongan demasiado de acuerdo)...

Pero ahora no le entiendo.
Dice cosas que él mismo más tarde contradice.
Ya no da razones, incluso me pide explicaciones que nunca se cómo he de responder.
Está asustado al tiempo que confundido. Su lengua es ahora tan sólo un susurro apenas entendible en el lugar más silencioso del universo.
No sabe muy bien qué decir. No sabe muy bien cómo ha de seguir su ritmo.
Debe ser acaso más lento o más rápido, con intensidad o delicadeza...

Sólo sé que tengo miedo a no volver a entender la lengua de mi corazón que hace un tiempo quedó muda a los oídos de una ciega.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias. No puedes imaginarte el impulso positivo que han causado tus palabras en mí.
    Gracias por seguirme y leerme.
    Que lo que escribes guste es algo muy bonito y especial.

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